Si tenéis instalado un disco duro SSD y utilizáis el sistema operativo Windows 10, a continuación os vamos a dar algunos trucos para optimizar su funcionamiento y obtener un mejor rendimiento.
Cambiar de SATA a AHCI en la BIOS
En primer lugar tenemos que indicar en la BIOS el tipo de almacenamiento, un proceso que dependerá del modelo de BIOS que tengáis instalado en función de la placa base.
Básicamente tan sólo nos vamos a tener que dirigir al apartado relacionado con el almacenamiento y ahí podremos realizar el cambio muy fácilmente.
Activar y automatizar TRIM
Esta es una de las ventajas del nuevo sistema operativo Windows 10, permitiendo que el propio sistema operativo se encargue de informar al disco duro de aquellos datos que ya no van a ser necesarios, consiguiendo de esta forma que se elimine, lo cual no sólo va a liberar espacio de almacenamiento, sino que además también dispondremos de un mayor rendimiento.
Lo único que tenemos que hacer es ejecutar el comando “cmd” y escribimos el siguiente texto: fsutil behavior query disabledeletenotify
Para poder saber si este sistema está activado, deberá aparecer el número “0”. En el caso de que no fuese así, deberemos utilizar un nuevo comando que sería el siguiente: fsutil behavior set disabledeletenotify 0
De esta forma ya podríamos estar convencidos de que TRIM está activado y automatizado.
Desactiva el apagado automático del disco SSD
En primer lugar es importante tener en cuenta que el consumo de los discos SSD es muy inferior a los discos duros tradicionales. En este sentido, con un viejo disco duro que incluya partes móviles, evidentemente sí nos interesa que, en el caso de permanecer en inactividad durante un rato, se desconecten de forma automática. Sin embargo, con el disco duro SSD, en realidad no vamos a estar consiguiendo nada, por lo que, para aumentar el rendimiento, lo mejor que podemos hacer es evitar el apagado automático.
Para hacerlo deberemos acceder al apartado de opciones de energía, para lo cual podemos de crear la combinación Windows + Q y escribimos “Opciones de energía”.
Una vez elegido el plan de energía (esto ya dependerá de nuestra decisión), el siguiente paso será acceder al apartado de configuración del plan elegido, es decir, vamos a modificar unos detalles del plan sin la necesidad de elegir otro plan distinto.
Accederemos al apartado del disco duro y no tendremos más que incluir el valor “0” en la sección para elegir el tiempo de apagado del disco duro.
También es interesante configurar nuestro sistema operativo para evitar que entre en suspensión cuando llevemos un rato sin utilizar el ordenador. Esta configuración también la vamos a poder realizar desde este apartado al que hemos llegado, y una de las principales ventajas es el hecho de que, al entrar en suspensión un equipo, automáticamente se transcriben los datos temporales al disco duro, un proceso que básicamente estaría reduciendo la vida útil de nuestro dispositivo.