Uno de los factores que determinan la visibilidad de un proyecto web y su alcance real es su velocidad de carga. El desarrollo tecnológico no sólo ha reinventado los canales de información o las plataformas de transacción. También ha hecho que cambien los modelos de consumo. De acuerdo con el especialista en Web Performance Optimization, Álvaro Fontela, la inmediatez representa uno de los grandes valores innegociables de los consumidores digitales. No acceder a la información al instante representa una mala experiencia de usuario y, por lo tanto, se convierte en un legítimo factor de compra que puede alterarlo todo. En realidad, es uno de los más relevantes.
Según una investigación desarrollada por Kissmetrics, el 40% de los usuarios abandona una página web si el periodo de carga supera los 3 segundos. Además, el estudio reveló que por cada segundo más de espera, el ratio de conversiones se reduce en un 7%.
La inmediatez constituye un indicador de calidad: Una página web ágil revela cierta profesionalización desde el punto de vista técnico. No obstante, no sólo se limita a un indicio de confiabilidad, sino que reduce las oportunidades de rebote (es decir, de abandonos). Durante el lapso de tiempo que se extiende la carga de una página web, el usuario puede cambiar de opinión o puede tomar la decisión de buscar otra plataforma más ágil. La realidad es que a nadie le gusta esperar.
Su relevancia en el volumen ingresos y oportunidades de negocio, ha convertido a la velocidad de carga en una prioridad situándose incluso, al mismo nivel de la calidad de los contenidos. Durante mucho tiempo la máxima de “el contenido es el rey” ha guiado las estrategias de posicionamiento. Sin embargo, teniendo en cuenta las estadísticas, lo cierto es que independientemente de la calidad de los contenidos, si estos generan unas elevadas tasas de rebote (abandonos) incluso antes de ser mostrados, el resultado será una pérdida de gran parte de nuestra audiencia.
¿Qué es la Optimización del Rendimiento Web?
En este contexto aparece el WPO (Web Performance Optimization / Optimización del Rendimiento Web). Se corresponde con una especialidad del campo del desarrollo web y engloba todas aquellas acciones que pueden introducirse en una página web desde el punto de vista técnico para lograr que cargue lo más rápido que sea posible.
Un correcto WPO no sólo tiene consecuencias positivas sobre el comportamiento de los usuarios (que se refleja en un incremento de los periodos de interacción o de las probabilidades de compra) sino que también beneficia considerablemente al posicionamiento orgánico dentro de los buscadores.
Trabajar en la Optimización del Rendimiento Web mejora la experiencia de usuario y, en consecuencia, nuestra página se convierte en un destino más amigable para el algoritmo de Google y, en general, de los motores de búsqueda. A largo plazo, obtenemos una ventaja competitiva a la hora de posicionarnos en los resultados de búsqueda por encima de aquellos competidores cuyo rendimiento de carga es pobre y lento. Por otro lado, se multiplican las posibilidades de reincidencia: Los usuarios que nos visitan, tienen una mayor predisposición a volver a visitarnos en un futuro.