Antes de empezar con este artículo a explicaros cual es la huella ambiental de un viaje en primera clase, nos gustaria explicaros como ahorraros dinero en vuestros futuros viajes con un código promocional Booking, este aspecto quizás no ayuda a revertir la huella ambiental como ahora explicaremos, pero desde luego si ayuda a ahorrarte algo de dinero.
Para ser más sostenibles, es muy importante plantearnos bien el impacto medioambiental que tiene cada uno de nuestros hábitos diarios, de manera que en esta ocasión vamos estudiar la huella ambiental de un viaje en primera clase en avión, de manera que podamos averiguar lo que contaminamos cuando realizamos un trayecto utilizando este medio de transporte en su fórmula más lujosa.
La huella ambiental del avión, la más elevada de todos los medios de transporte
Antes de pasar a analizar la huella ambiental de un viaje en primera clase, es muy importante que entendamos que, de los muchos medios de transporte que podemos utilizar para desplazarnos, el avión es el que mayor impacto medioambiental supone.
Esto es especialmente marcado cuando se trata de vuelos de corta distancia y vuelos privados.
Si tenemos en cuenta el prorrateo de las emisiones por pasajero, un vuelo nacional puede emitir alrededor de 135 g de CO2 por kilómetro y pasajero, lo cual hay que sumar unos 120 g de otros gases invernadero.
En el caso de los vuelos a larga distancia, la repercusión por pasajero y por kilómetro se verá reducida, pero se sigue manteniendo en un nivel muy elevado.
En total hablamos de 102 g de CO2 más 90 g de otros gases de efecto invernadero por kilómetro y pasajero.
Cabe destacar que, cuando se trata de primera clase, las butacas tienen una mayor separación entre ellas, lo que implica que podrán viajar menos pasajeros por cada trayecto, aumentando así todavía más la proporción de emisiones por pasajero y kilómetro.
Otras alternativas para tus desplazamientos
Hay que tener en cuenta que, muy especialmente si se trata de distancias cortas, existen otras alternativas más interesantes para reducir la huella ambiental como por ejemplo el coche que supone unos 43 g de CO2 por kilómetro y persona siempre que viajemos al menos cuatro personas, ya que si va una sola, estaríamos hablando de 172 g de CO2 por kilómetro y persona, lo que superaría incluso las emisiones del avión.
En cuanto al autobús, desciende hasta aproximadamente 25 g de CO2 por kilómetro y persona, mientras que el barco andaría alrededor de los 18 g de CO2 por kilómetro y pasajero, eso sí, siempre y cuando no se trate de un crucero que puede ascender hasta los 135 g de CO2 más 115 g de otros gases contaminantes.
Finalmente está el tren que es el medio de transporte medioambientalmente más sostenible, ya que hablamos de aproximadamente 6 g de CO2 por kilómetro y pasajero si se trata del AVE o Eurostar, ascendiendo a los 17 g de CO2 por persona y kilómetro para trayectos nacionales y hasta los 40 g por ocupante y kilómetro para los trenes locales.
Consejos para reducir la huella ambiental si viajas en avión
Vamos a echar un vistazo a algunas de las cosas que podemos hacer para reducir nuestro impacto medioambiental o huella ambiental a la hora de viajar en avión:
- Viaja en clase turista: la clase turista permite reducir en hasta una cuarta parte la proporción de producción de gases contaminantes.
- Mejor viajes largos: cuanto más largo sea el viaje, menor será la repercusión de emisión de gases contaminantes por pasajero. Los viajes cortos son extremadamente contaminantes.
- Vuelos directos: el 25% de la emisión de CO2 se produce durante el despegue y aterrizaje del avión, por lo que hacer escalas contamina más que elegir vuelos directos.
- Cantidad de equipaje: cuanto menos equipaje lleves, menor peso soporta el avión y, por tanto, consumirán menos combustible, lo que supone en una reducción de las emisiones de gases nocivos.
- Cortinas del avión: en muchos viajes se recomienda subir o bajar las cortinillas en determinados momentos, lo cual tiene como objetivo el enfriamiento del avión que permite reducir el consumo de combustible.
- Compañías comprometidas: hay compañías que utilizan biocombustibles o que incluso desarrollan proyectos de compensación de emisiones de CO2.
- Tu compromiso: cada vez que viajes en avión, puedes hacer un esfuerzo para invertir en energías renovables, programas de conservación forestal o incluso plantar un árbol para reducir tu huella ambiental.