Consejos para aumentar la seguridad en tus redes sociales

Las redes sociales son un espacio virtual en el que interactuamos los unos con los otros sin ningún tipo de límites; llegando incluso a basar parte de nuestra propia existencia en nuestra presencia dentro de dichas plataformas. Si bien es cierto que son un recurso ligado al ocio y al entretenimiento, la realidad es que en nuestros perfiles de Instagram, Facebook, Twitter y cualquier otra red social almacenamos una gran cantidad de información privada. De igual manera, son un altavoz con el que nos comunicamos al resto de las personas, por lo que no podemos asumir el riesgo de que otro individuo se haga pasar por nosotros.

Contraseñas seguras y actualizadas

Para blindar la seguridad de nuestras redes sociales, es menester llevar a cabo ciertas acciones de prevención. Recuerda que todos estos consejos para Instagram son aplicables al resto de las plataformas y, entre todas las metodologías de protección, tener buenas contraseñas es la más relevante.

La contraseña es la primera barrera de entrada ante la que se va a encontrar un potencial ciberdelincuente. En lugar de utilizar palabras comunes o vinculadas a nuestra persona, lo más adecuado es combinar letras y números que nada tengan que ver con nuestra realidad.

De igual forma, es prioritario cambiar de contraseña cada cierto tiempo. Cuanto más la utilicemos, más sensible se convierte. Por lo que, en torno a los seis meses, es adecuado renovarla y poner otra combinación alfanumérica. Eso sí, asegúrate de que no la olvidas.

Activación de la verificación en dos pasos

Todas las redes sociales tienen un apartado de seguridad en el que podemos activar lo que se conoce como verificación en dos pasos. Una medida cautelar que optimiza radicalmente la protección de la cuenta, evitando que alguien entre en nuestro perfil sin que lo sepamos.

Este sistema consiste en que, cuando queremos acceder a nuestra cuenta desde un nuevo dispositivo, la plataforma en cuestión nos alerta mediante el envío de un email. Hasta que no certificamos que somos nosotros, Instagram no permite que se entre en el perfil; a pesar de haber introducido correctamente la contraseña.

Muchos usuarios de las redes sociales desconocen este recurso y quedan expuestos a que cualquier persona, una vez tenga la contraseña, les suplante la identidad. Así que, en lugar de asumir dicho riesgo, lo mejor es activar la verificación en dos pasos y ahorrar los peores disgustos.

Cierra la sesión en otros dispositivos

Si estamos accediendo a nuestro perfil desde otro dispositivo, bien sea un ordenador ajeno u otro smartphone, debemos asegurarnos de cerrar la sesión al terminar. Algo evidente que, por inercia, tendemos a olvidar y nos expone a que cualquier otra persona campe a sus anchas por nuestro perfil.

Ahora bien, ¿qué sucede si ya hay alguien utilizando nuestra cuenta sin que seamos conscientes de ello? En ocasiones, el suplantador de la identidad es una persona cercana y no deja rastro de sus acciones, pero igualmente repercute en nuestra privacidad.

En estos casos, las redes sociales nos ofrecen un apartado en el que nos indican en qué dispositivos está abierta la sesión. Si ves algún equipo que no es el tuyo, haz clic en el botón de cerrar las sesiones e inmediatamente actualiza la contraseña.

No hables con extraños

Más allá de interactuar con nuestro círculo, las redes sociales nos permiten conocer gente nueva. Esto tiene cierta magia, pero también muchos peligros; por lo que es fundamental saber con quién podemos y con quién no podemos hablar por internet.

Los hackers se aprovechan de los más inocentes para, mediante links fraudulentos, poner en jaque la cuenta de sus víctimas. Ignora todos aquellos perfiles con pocas publicaciones, en los que no se vea al usuario en cuestión o que, directamente, te despierten poca confianza.Además de no hacer clic en ningún enlace de dudosa procedencia, te animamos a que no instales programas pirateados. Estos pueden derivar en un hackeo y hacerte perder el control de tus redes sociales en cuestión de segundos: el riesgo no merece la pena.