Desde hace más de un año, el mundo vive una situación no vista en la época contemporánea con motivo de la pandemia. Con este motivo, muchos gustos y preferencias han cambiado, derivando todo ello hacia una parcela más virtual o interactiva.
En este sentido, el juego online se ha convertido en un fenómeno innegable que caracterizó todo el período pandémico. Esta actividad es capaz de acaparar todo el sector del entretenimiento manteniendo, como otros fenómenos como el comercio electrónico, estándares muy altos y continuos. De hecho, la pandemia ha acelerado procesos que ya están en marcha desde hace algún tiempo, haciendo inevitable lo que ya es un hecho. Hoy en día, los juegos en línea están en aumento y para 2025 seguramente se convertirá en el principal canal de entretenimiento para miles de millones de usuarios.
Esto se aplica a múltiples categorías del entretenimiento interactivo: desde los videojuegos de consola hasta los juegos de casino, que en el año de la pandemia han ganado mucho más apoyo y repercusión en buena parte de la sociedad. En particular, existe un debate en torno a las máquinas tragaperras en línea entre todos los operadores y organismos competentes. De hecho, en un momento, justo antes de Covid-19, se produjeron pocos títulos que fueron relevantes en el mercado. Pero a raíz de la pandemia, la producción de estos juegos aumentó drásticamente. Algunas tragaperras online de nueva generación llegaron con fuerza, para en un breve espacio de tiempo convertirse en referencia para un gran grupo nutrido de usuarios.
Hay que decir que hasta hace poco la producción era de 3-4 títulos al mes, pero en el último año los operadores han avanzado, trastocando la tendencia y dinámica de un mercado ultra vivo. También porque cada título, para ser proyectado, debe pasar una serie de pasos. En primer lugar, la certificación, seguida de la aprobación y la implementación. Pasos necesarios antes de su comercialización. Un mayor control por parte de todas las partes implicadas en esta actividad, que permite la llegada de continuas novedades, que hace que la expectación en esta forma de ocio no descienda.
No hay duda de que la pandemia ha cambiado la forma de entender la realidad desde muchos prismas. El ocio y el entretenimiento no ha sido ajeno a esta tesitura, debiendo acometer los oferentes una restructuración en su modelo de negocio focalizándolo más a la parcela interactiva.