Blockchain: cómo funciona la tecnología detrás del Bitcoin

Imagínate que estás en un parque y de repente ves pasar encima de tu cabeza a Spiderman. Sí, el verdadero Spiderman, lanzando telarañas desde sus muñecas y saltando entre los edificios con ellas. Se dirige al parque en el que estás tú y otra veintena de personas para luchar contra unos criminales que roban un banco. Acaba con ellos y se va de la misma forma en la que vino.

Qué es Blockchain o cadena de bloques

Si ahora la policía preguntase qué ha pasado a cada una de las personas que presenciaron el incidente, todas responderíais lo mismo. No importa qué tan surrealista haya sido el evento. No cabría duda de que, si todos responden con los mismos detalles, que eso ha sucedido realmente.

¿Qué es la cadena de bloques (Blockchain)?

Así es como funciona, a gorsso modo, la cadena de bloques, una tecnología más bien conocida por ser fundamental en el uso de monedas como el Bitcoin, y que tiene el poder para cambiar el modo en el que nos relacionamos con el mundo digital.

La tecnología Blockchain puede suponer una revolución en muchos ámbitos, no solo en el financiero. Se trata de un método que permite registrar y verificar la información sin la necesidad de un intermediario físico, dejando un rastro imborrable y totalmente transparente de las transacciones que se realizan utilizando esta tecnología.

No más intermediarios

La analogía anterior quizás era un poco surrealista, pero totalmente acertada. Pongamos como ejemplo una transacción de dinero común y corriente. Vas al banco, le das el dinero al banquero que se encuentra en la ventanilla y le indicas que quieres ingresar X cantidad de dinero a una cuenta. El banquero se encargará de registrar la transacción y de informar a la entidad a la que se emite el dinero que sume esa cantidad a la cuenta de su cliente.

Blockchain

De esta forma se registra una transacción en horas (o días dependiendo del tipo de transacción) en un banco tradicional. Pero, ¿y si se eliminase el intermediario? En este caso hay que pasar por un intermediario para que verifique la transacción. Recibe el dinero, se asegura que es real y da la orden de que se ingrese ese dinero en una cuenta. Blockchain pretende sustituir a estos banqueros, eliminando la necesidad de ponerse bajo las condiciones que tengan dichos bancos y haciendo que la información de las transacciones sea completamente transparente.

Descentralizar las transacciones es la base de la cadena de bloques. Es tan sencillo como evitar que sea uno o dos bancos los que se encarguen de manejar la información. En cambio serán miles o millones de nodos los que se encargan de verificar la información, convirtiéndose en partícipes del gran libro de cuentas de esta tecnología en el que se registra la información de cada bloque.

Cómo funciona una transacción con Blockchain

Un usuario quiere realizar una transacción: pasar un Bitcoin de su cuenta para entregarlo a otro usuario. Para hacer esta transacción se avisará a todo el mundo que está a punto de ocurrir, aunque teniendo en cuenta un pequeño detalle: nadie conoce la identidad de quién envía o recibe el bitcoin. Lo único que sabrán es que se quiere transferir un Bitcoin de un monedero a otro.

Cómo funciona la cadena de bloques

De esta manera un usuario comienza con la transacción avisando a los usuarios que actualicen sus ‘libros de cuentas’, es decir, la información que han registrado hasta ahora. Se confirma que se está realizando la transacción, que la cuenta de origen tiene los fondos necesarios y se crea un nuevo bloque con la información de la transacción, que se suma a los bloques ya existentes. Pero aún no se ha registrado de forma permanente.

Mientras corre el tiempo más transacciones se completan y se unen a ese bloque, que tiene una capacidad limitada dependiendo del tamaño de cada transacción y de la estructura de la cadena de bloques. En el momento en el que un bloque se completa es el momento de validarlo. De esta tarea se encargan aquellas personas que se dedican a minar Bitcoin.

Minar, una tarea cada vez más difícil (y costosa)

Cuando en 2011 y 2012 aún era rentable minar bitcoins se vio un auge en el número de personas que dedicaban la potencia de sus tarjetas gráficas a la tarea de minar. Ahora nos encontramos con inmensas granjas de minado que buscan hacerse con beneficios con esta tarea. Y es que cada vez es más difícil y costoso minar esta criptomoneda.

El minado consiste en realizar una serie de cálculos complejos que, una vez completados, se registran de forma permanente en la cadena de bloques, haciendo que sea imposible modificar sin antes alterar todos los bloques que se han registrado anteriormente.

Para qué sirve minar bitcoins

Los mineros pelean los unos con los otros. Primero reciben un aviso sobre las nuevas transacciones que se están realizando en la red, y reunen estas transacciones en un nuevo bloque. Todos comienzan con el proceso de verificación pero solo es el primero que crea un bloque válido y lo verifica el que recibe bitcoins. Un servicio por el que la misma tecnología blockchain ‘paga’ a los mineros.

Una vez que se añade un bloque a la cadena de bloques existente se registra en el libro de cuentas. Éste no sólo está distribuído entre todos los nodos: es seguro y es transparente. Dejando de lado que no se puede identificar a las personas que participan en la transacción, se registra la marca de tiempo y los datos de la transacción de forma pública. Además, cada bloque enlazado cuenta con un identificador hash que lo enlaza con el bloque anterior, formando así una cadena irrompible.

Gracias a la información pública que presentan estos bloques de datos, y gracias a la transparencia de la red, se puede trazar cualquier transacción, conociendo el camino que ha seguido una transacción desde el monedero de origen hasta el de destino.

La cadena de bloques fuera de la economía

La esencia de la cadena de bloques podría llevarse a muchos otros apartados además del de la economía, aunque ésta esté muy relacionada con las criptomonedas.

El proyecto Ethereum es un ejemplo muy claro. Esta plataforma tiene su propia cadena de bloques, y también cuenta con su propia moneda (el Ether). La idea de este proyecto es poder descentralizar casi cualquier servicio haciendo uso de los ‘contratos inteligentes’, que son las transacciones que se realizan a través de esta plataforma. Estos contratos no se limitan a transacciones económicas sino que pueden definir prácticamente cualquier tipo de transacción.

La descentralización es un tema que está a la orden del día. Bitcoin ha sido la precursora con su repercusión mediática, pero al igual que surgió la cadena de bloques de Ethereum existen muchas otras nuevas alternativas. Constantemente se crean nuevos proyectos, con ideas u objetivos distintos, pero teniendo la descentralización como un pilar fundamental de las transacciones que se realizarán en un futuro.