¿Estás teniendo problemas con tu ordenador? Es posible que algunos de los archivos del sistema operativo estén corruptos, ya sea por la instalación original o porque se hayan dañado al realizar alguna actualización o instalar algún programa. También puede ser que el desempeño general del equipo haya disminuido a causa de programas dañinos y virus.
Hay muchas razones por las cuales un ordenador con Windows 10 puede estar funcionando con un bajo rendimiento. Si bien existen muchas soluciones a los distintos problemas que pueda tener un equipo, el último recurso será formatear el ordenador para poder dejarlo como nuevo.
Qué es un formateo
Formatear no es más que eliminar toda la información que hay en el equipo, de esta forma el ordenador queda como recién salido de fábrica, con un rendimiento muy similar al que tenía originalmente, salvando diferencias con la edad que tenga el hardware del equipo.
En el caso de los ordenadores con Windows 10, sirve para poder borrar todos los archivos del disco duro y poder instalar nuevamente Windows 10 en el PC, o incluso otra versión del sistema operativo, como Windows 7 u 8, que son versiones aún muy utilizadas del SO de Microsoft.
En resumen, formatear se basa en eliminar toda la información, deshaciéndose de todos los archivos corruptos o infectados por virus para poder instalar un sistema operativo de cero, restableciendo el equipo con ficheros sanos que permitan un correcto funcionamiento del PC.
Por qué formatear Windows 10
Hay muchas razones por las cuales se puede querer formatear Windows 10, algunas más preocupantes que otras, siempre siendo el formateo el último recurso para poder salvar el equipo o deshacerse del mal funcionamiento del mismo.
Bajo rendimiento del equipo: Hay ocasiones en las que una actualización de Windows Update puede afectar al rendimiento del PC, de la misma forma que también lo pueden hacer los virus y otros elementos. Por lo general las actualizaciones se pueden desinstalar de forma sencilla, aunque hay ocasiones en las que esto es imposible, o que al desinstalar dichas actualizaciones haya archivos que no se eliminan y que siguen haciendo que Windows 10 funcione lentamente.
Virus: Los virus son una de las causas por las que la gente decide formatear un ordenador con Windows 10. Es común que se encuentren virus en el sistema de Microsoft. Si bien las herramientas antivirus son de gran ayuda, hay ocasiones en las que es imposible no verse infectado a causa del propio usuario, y en contadas ocasiones estos virus son imposibles de eliminar con software anti-malware. ¿La solución? Formatear Windows 10 para poder deshacerse de esos archivos maliciosos.
Archivos del sistema dañados: Aunque pueda sonar raro, es posible que de un día a otro haya archivos dañados del sistema. ¿Cómo puede suceder? Una mala instalación de una actualización debida a problemas en los archivos o por un corte de electricidad, toquetear el registro o funciones vitales del sistema. Es posible que cuando el usuario hacía algo que no debía o que no tenía conocimientos suficientes haya dañado el sistema. En estas ocasiones existen dos soluciones: restaurar el equipo a un punto anterior o directamente formatear Windows 10.
Estas no son las únicas razones por las cuales se puede llegar a querer formatear un PC con Windows 10 pero sí son las principales causas de formateos en los equipos que hacen uso de este sistema operativo.
Cómo formatear Windows 10
Formatear Windows 10 es algo realmente sencillo de llevar a cabo, basta con seguir unas pautas muy simples para poder conseguirlo, sin embargo existen muchas formas de hacerlo distintas, de las cuales te vamos a mostrar las más comunes. También, siempre es importante tener en cuenta cómo formatear Windows 10 para mantener la licencia del sistema, ya que si se elimina por completo el sistema operativo se pierde la licencia. En el caso de no tener el número de licencia disponible lo mejor es evitar que éste desaparezca del equipo y tener que comprar una nueva licencia de Windows 10 para poder utilizar el equipo.
Formatear Windows 10 sin CD
Si bien para instalar Windows 10 es necesario disponer de un DVD de instalación o, al menos, una unidad de memoria con la ISO del sistema operativo, para formatear el equipo no es necesario contar con dicho CD.
Desde el mismo panel de configuración se puede formatear Windows 10 sin el CD. Todo lo que hay que hacer es dirigirse a Inicio y pulsar en el botón “Configuración” para que abra la configuración del equipo. Una vez dentro de ella basta con dirigirse a “Actualización y seguridad” y una vez dentro al apartado de “Recuperación”.
Dentro de las opciones de recuperación se pueden encontrar dos opciones distintas, para poder llevar a cabo un formateo y dejar el sistema operativo como recién instalado, la que ha de interesarnos es “Restablecer este PC”. Pincharemos en el botón “Comenzar” para poder dar inicio al proceso.
Antes de empezar a restablecer el equipo la herramienta nos realizará dos preguntas:
- ¿Queremos mantener nuestros archivos o eliminar todos? Si aún no hemos hecho una copia de seguridad de nuestros archivos personales saldremos de la herramienta y guardaremos todos los archivos que queremos mantener para poder realizar un formateo completo. Para ello escogeremos la opción “Quitar todo” que elimina absolutamente todos los archivos, programas y configuración del equipo.
- ¿Queremos limpiar la unidad? El disco duro no elimina los archivos sino que permite que se escriba sobre las zonas de información en las que se almacenaban los antiguos archivos, si escogemos sólo quitar los archivos éstos se podrían recuperar con herramientas de recuperación. En el caso de querer limpiar completamente la unidad que alberga el sistema operativo tendremos que escoger la opción “Quitar archivos y limpiar la unidad”.
Cuando se haya escogido cómo se quiere llevar a cabo el restablecimiento del equipo se nos mostrará una lista con qué es lo que hará la herramienta y solicitará confirmación para continuar.
Al confirmar que se lleve a cabo el restablecimiento del PC el equipo se reiniciará y comenzará a reinstalar Windows 10 como si se tratase de una instalación limpia, con la ventaja de que se mantiene la clave que ya está instalada.
Formatear Windows 10 usando el DVD de instalación
Si tenemos un DVD de instalación de Windows 10 podemos hacer uso de la imagen del disco para poder formatear Windows 10 y dejar el equipo como nuevo, sin rastro alguno de los errores que pudiera tener el sistema al momento de querer formatearlo.
En el caso de no tener un DVD original de Windows 10 siempre podemos hacer uso de la herramienta de creación de medios de Microsoft, Windows Media Creation Tool, que podemos descargar desde la web de Microsoft de forma completamente gratuita.
Crear un DVD de instalación
Cuando se descargue la herramienta de Microsoft basta con que la ejecutemos y escojamos “Crear medios de instalación” para comenzar a crear el archivo que grabaremos posteriormente en un DVD.
La herramienta nos pedirá que seleccionemos el idioma y la arquitectura del equipo en el que queremos instalar el sistema (x64 o x86 bits). Una vez indicada esa información pincharemos en el botón “Siguiente”.
Ahora nos ofrecerá dos opciones dependiendo del medio que queramos crear para la instalación, al tratarse de un DVD indicaremos que queremos obtener un archivo ISO. Al hacer clic en “Siguiente” la herramienta comenzará a crear dicho archivo que estará listo en cuestión de minutos.
Con la imagen ya creada se puede cerrar la herramienta de creación de medios e introducir un DVD virgen para poder grabar la imagen en él. Nos dirigiremos a la ubicación donde se ha guardado el archivo ISO y haremos clic derecho en él > Grabar imagen de disco. La misma herramienta de grabado que está montada en Windows bastará para crear un disco booteable para instalar Windows 10.
Iniciar el equipo desde el DVD de instalación
Para formatear Windows 10 desde un DVD es necesario arrancar el equipo desde dicho DVD de instalación. Para poder hacerlo tendremos que reiniciar el equipo y en la BIOS seleccionar que el medio de inicio sea el DVD y no el disco duro. Para ello tendremos que reiniciar el equipo y, al momento de encender, presionar la tecla “Supr” o “F2” correspondiente a la BIOS. Algunas BIOS utilizan otras teclas para poder acceder a ellas por lo que tendremos que echar un vistazo en la pantalla de arranque por un mensaje similar a: “Presione (tecla) para acceder a la BIOS”.
Una vez que entremos en la BIOS haremos uso de las flechas del teclado para poder desplazarnos por la pantalla. Allí tendremos que buscar la pestaña BOOT o buscar dicha opción en la pestaña Advanced. Cuando entremos a dicho apartado deberemos seleccionar el CD-ROM como la unidad de inicio principal. Por último, tendremos que presionar F10 para guardar los cambios y reiniciar el equipo.
En muchos casos, para poder iniciar desde un CD sin la necesidad de entrar a la BIOS se puede presionar la tecla F8 para que el equipo muestre la lista de unidades desde las que iniciar el equipo. Si escogemos CD-ROM de dicha lista y el DVD de instalación está colocado dentro del lector podremos ver como iniciará desde la unidad sin tener que acceder a la BIOS a modificar el orden de arranque.
Instalar Windows 10
Ahora que tenemos el DVD en el lector y el equipo arrancando desde dicha opción, al reconocer el disco solicitará que presionemos una tecla para poder lanzar el instalador de Windows.
A partir de este momento tendremos que seguir las instrucciones del instalador de Windows para poder formatear Windows desde el DVD de instalación. En la primera pantalla simplemente escogeremos “Instalar ahora” y, acto seguido, nos pedirá que introduzcamos la clave de Windows 10 que tengamos.
Al hacer clic en siguiente el instalador nos preguntará si queremos actualizar el equipo, conservando los archivos personales, o queremos llevar a cabo una instalación personalizada. Escogeremos esta segunda opción.
Después de haber escogido la instalación avanzada podremos acceder a la lista de unidades de almacenamiento del equipo, donde podremos seleccionar dónde queremos instalar el sistema operativo y si queremos formatear alguna unidad. Aquí podemos llevar a cabo varias opciones:
- Eliminar una partición para obtener espacio libre en el cual poder instalar el sistema operativo. Al pulsar en el botón “Eliminar” se obtendrá un espacio sin asignar que podemos utilizar para poder instalar el SO. Los archivos no se borran completamente sino que no son accesibles por el usuario y se sobrescribirán con el uso del disco.
- Escoger la misma partición donde estaba Windows. Al hacerlo toda la instalación antigua de Windows, con todos los archivos personales, pasará a una carpeta llamada Windows.old, por lo que los archivos serán accesibles. El sistema operativo será completamente nuevo pero los archivos serán accesibles por el usuario. Una opción nada recomendada si la causa del formateo son los virus o archivos maliciosos.
- Formatear una unidad. De esta forma se eliminan los archivos del disco, de forma que no serán recuperables y la instalación del sistema estará libre de cualquier resto de la instalación anterior.
Podemos hacer uso de las particiones que ya existían o crear nuevas particiones. No es necesario que todo el almacenamiento esté destinado a la partición en la que se instale Windows, si la unidad es lo suficientemente grande se puede crear una partición para el sistema operativo y sus programas y otra para almacenar archivos personales, salvaguardando la información en el caso de que algo suceda a la partición de Windows.
Escogeremos en qué partición queremos guardar Windows y haremos clic en “Siguiente” para comenzar la instalación. Ahora solo hay que esperar a que la instalación finalice y se muestre la pantalla de inicio de sesión para poder acceder a la nueva instalación de Windows.
Formatear Windows 10 desde una memoria USB
En el caso de no disponer de un DVD libre podemos hacer uso de un pendrive para poder crear el medio de instalación y llevar a cabo el formateo del equipo.
Crear USB de instalación de Windows 10
Para poder crear una memoria USB con los archivos de Windows 10 para llevar a cabo la instalación tendremos que descargar la herramienta de creación de medios de Microsoft que vimos en el apartado anterior. El proceso es prácticamente idéntico a crear un DVD de instalación.
Tendremos que seleccionar el idioma y la arquitectura del sistema. Una vez hecho eso seleccionaremos “Unidad flash USB” para crear el medio de instalación. Será necesario que la memoria USB tenga un mínimo de 8GB de almacenamiento para poder guardar todos los archivos necesarios para la instalación de Windows 10.
Cuando presionemos en el botón “Siguiente”, la herramienta de creación de medios comenzará a grabar todos los archivos en el pendrive para poder dejarlo listo para la instalación del sistema operativo.
Ahora lo que hay que hacer es iniciar el equipo desde la memoria USB con los archivos de instalación de Windows. Basta con reiniciar el equipo y seguir el mismo proceso que hemos detallado anteriormente. En el momento de iniciar el PC, presionaremos F8 para poder mostrar la lista de unidades desde las cuales se pueden bootear y escogeremos la opción USB o dispositivos removibles.
En el caso de que no esté el USB en la lista tendremos que dirigirnos a la configuración de la BIOS y allí cambiar el orden de inicio del equipo, dirigiéndonos a la pestaña Boot y allí moviendo el USB hasta lo más alto de la lista. Presionaremos F10 para guardar los cambios y reiniciar el PC y comenzaremos con el proceso de instalación.
Es importante tener en cuenta que la memoria USB tiene que estar conectada al momento de reiniciar el equipo para que la reconozca al iniciarse.
Para poder formatear Windows 10 desde un USB seguiremos los mismos pasos de instalación que al hacerlo con un DVD, por lo que puedes consultar los pasos en el apartado anterior.
Activar licencia de Windows 10
Durante el proceso de instalación se solicita una clave de activación para poder validar Windows 10, sin embargo no es necesario introducirla en el mismo momento, ya que este paso lo podemos omitir.
En el caso de que hayamos omitido la clave de activación de Windows, ya sea porque no nos acordábamos de la clave o porque no teníamos una, podemos activar Windows 10 a posterior.
Para activar la licencia de Windows 10 basta con iniciar sesión en nuestra cuenta en el ordenador y dirigirnos a Inicio > Actualización y seguridad > Activación > Actualizar clave de producto > Cambiar clave de producto. En este apartado tendremos que indicar nuestra licencia original de Windows 10, compuesta por 25 caracteres.
Cuando hayamos indicado la clave simplemente tendremos que aceptar y reiniciar el equipo. Una vez hecho esto podremos disfrutar de todas las ventajas que tiene una copia original de Windows 10 activada, así como todas las actualizaciones que libera Microsoft para su sistema operativo.