Para poder funcionar, un ordenador precisa de una fuente de alimentación. Hoy vamos a conocer mejor este elemento de hardware a través del cual alimentaremos todo nuestro equipo.
Qué es una fuente de alimentación
Muchas veces no prestamos la suficiente atención a la fuente de alimentación de nuestro equipo, pero en realidad, gran parte su rendimiento puede depender de ella.
La fuente de alimentación es la encargada de repartir la electricidad a todos los componentes de hardware de nuestro PC, y aunque parezca que se trata de una acción sencilla y sin demasiada importancia, en realidad tiene mucha más relevancia de lo que imaginamos, ya que no se trata tan sólo de un elemento que transmite la electricidad, y ni mucho menos la podemos comparar con las fuentes de alimentación de otros dispositivos.
Debemos partir de la base de que un ordenador funciona con corriente continua, y es por ello que la fuente de alimentación se encarga de convertir la corriente alterna en continua, proceso sin el cual no podríamos disfrutar de nuestros equipos informáticos.
No obstante, es importante tener en cuenta que no todos los equipos funcionan bien con la misma fuente de alimentación, ya que en el mercado encontraremos varias opciones y dependiendo del hardware de nuestro equipo deberemos instalar una fuente distinta.
Cómo elegir una fuente de alimentación
Ahora vamos a analizar cuál es la mejor fuente de alimentación para nuestro equipo.
Una de las características diferenciadoras más importantes de las fuentes de alimentación es su potencia, es decir, la cantidad de vatios (W) que puede aportar a nuestro sistema. Por ello, dependiendo de los componentes que tengamos instalados y del consumo que precisen, deberemos escoger una fuente de alimentación que esté lo más adaptada a los mismos.
Cuanto más potente sea nuestro equipo precisará de una fuente de alimentación con mayor potencia, mientras que si hablamos de un equipo con tarjeta gráfica integrada en la placa base y un procesador sencillo precisamos de una menor potencia.
Sin embargo, aquí es donde llega la duda de qué tipo de fuente de alimentación debemos adquirir para nuestro PC.
Hay que tener en cuenta que siempre sumaremos los consumos de cada uno de los componentes, los cuales evidentemente no siempre serán estables, sino que en cada uno de ellos nos indica el consumo máximo que puede llegar a alcanzar en el caso de que funcione a máximo rendimiento.
Pues la suma de todos estos elementos más un pequeño porcentaje será la potencia que necesitaremos para nuestra fuente de alimentación.
Por ejemplo, si todos los elementos suman 600 W, una buena idea sería la de adquirir una fuente de alimentación de 750 W. No olvidemos que cuanto más potente sea hay más posibilidades de que gastemos un exceso de electricidad.
Sin embargo, tampoco debemos quedarnos cortos ya que los componentes no estarían bien alimentados además de que si en el futuro sustituimos algunos de los elementos de hardware es posible que nos veamos obligados a cambiar también la fuente de alimentación debido a que requiere de una mayor potencia.
La fuente de alimentación es una pieza de nuestro PC mucho más importante de lo que creemos, pero a menudo es en la que menos invertimos, con lo cual no sólo el resto de componentes puede estar en peligro sino que también podemos acabar disfrutando de un rendimiento muy por debajo de lo que nuestro equipo nos ofrecería. Por esa razón vamos a dar una serie de consejos para elegir una fuente de alimentación para el PC a través de los cuales intentaremos ayudaros a escoger de un modo adecuado.
La forma de la fuente de alimentación para PC
En primer lugar evidentemente vamos a tener en cuenta la forma y el tamaño, y es que dependiendo de la caja que hayamos elegido es posible que nos veamos en la obligación de adaptar esta pieza a sus formas y dimensiones.
La mayor parte de fuentes de alimentación tienen una medida de 150 × 140 × 85 mm, pero por supuesto también vamos a poder encontrar otros muchos modelos más alargados, más reducidos y con formas especiales.
Elegir la potencia de la fuente de alimentación
Por supuesto también es imprescindible que acertemos con la potencia elegida, y en ese sentido vamos a tener que calcular muy bien el consumo de todos los componentes de nuestro equipo.
Es decir, lo que vamos a hacer es sumar los consumos de cada componente, y la cantidad resultante será el mínimo a considerar.
Sobre todo deberemos tener en cuenta el consumo del microprocesador, de la tarjeta gráfica y de los discos duros que tengamos pensado instalar en su interior.
Para que os hagáis a una idea, a continuación os indicamos los consumos habituales dependiendo del tipo de equipo que estemos montando:
- Equipo para ofimática: será suficiente con unos 400 W.
- Equipo multimedia: en estos casos ascenderemos hasta los 600 W.
- Estación de trabajo: al menos deberemos contar con 750 W.
- Equipo para juegos: y para terminar, los ordenadores para juegos deberán tener un mínimo de 850 W aunque en ocasiones tendremos que ampliar incluso hasta los 1200 W.
En cualquier caso es esencial que sumáis los consumos que os indicamos antes, y por supuesto es importante quitarnos de la cabeza la idea de que cuantos más vatios tiene una fuente de alimentación mejor es, ya que los materiales con los que ha sido fabricada juegan un papel esencial.
Comprueba la eficiencia energética de la fuente de alimentación
Finalmente también vamos a prestar atención a la eficiencia energética, para lo cual, desde hace ya varios años se ha establecido una certificación denominada 80+ que nos permite conocer dicha eficiencia.
Por ello es necesario que observemos que incluye el sello el cual nos indica que al menos el 80% (y hasta el 96%) de la energía consumida está siendo dirigida a los componentes internos. No podemos olvidar que el restante se pierde en forma de calor, por lo que aquellas fuentes de alimentación que no cuenten con este sello estarán malgastando más electricidad en calor.