En celebración a su aniversario número 70, la NASA reveló sus futuros planes para las próximas décadas.
Sin embargo, lo que muy pocos conocen es que el producto de numerosas investigaciones por parte de la agencia espacial estadounidense, han permitido la invención de muchos objetos que utilizamos día a día.
Por ello, hemos decidido compartir algunos de ellos en el siguiente artículo.
Aspiradora portátil
Un accesorio típico de los 90 que desde entonces ha ido evolucionando. En un principio se trataba de una especie de taladro usado para extraer pequeñas rocas lunares, pues no necesitaba una fuente de alimentación conectada a la nave y consumía la menor cantidad de energía posible.
Luego, la compañía Black & Decker se encargó de diseñar un programa para optimizar el funcionamiento de este taladro. Como resultado, se obtuvo el famoso aspirador portátil “Dustbuster «.
El termómetro auricular
El termómetro de oído llegó mucho antes de que terminara en nuestra caja de medicamentos. En realidad, se basa en el termómetro astronómico, que utiliza tecnología infrarroja para calcular la temperatura de las estrellas.
Esto al medir la energía liberada por las olas, la cual daba una indicación muy precisa del calor emitido.
Por lo tanto, se trató de un método útil para recuperar información de larga distancia, la cual funcionaba también para el ser humano. Más precisamente, calculando la energía producida por el tímpano.
Goma espuma
A principios de los años 60, el ingeniero aeronáutico Charles Yost comenzó a trabajar en una tecnología para aumentar la seguridad del piloto instalado en el Módulo de control Apolo.
El objetivo era diseñar asientos capaces de atemperar el impacto del aterrizaje. Para ello, el uso de un compuesto químico a base de poliuretano permitió aumentar la densidad y la viscosidad. Como resultado, este material (que reacciona al calor corporal) fue muy eficaz en la absorción del impacto durante los accidentes, pero también muy útil y capaz de recuperar su forma original después del accidente.
Los pilotos y los pasajeros más tarde los adoptaron, ya que realizaban viajes largos más cómodos, distribuyendo mejor el peso del cuerpo en los asientos.
De esta manera, nació la goma espuma, usada muy a menudo en colchones, cojines o almohadas.