A la hora de pensar en alojamiento para un sitio web o una aplicación, es importante tener en cuenta algunas consideraciones. En primer lugar, ¿cuál será nuestra actividad? ¿Vamos a vender un producto? ¿Vamos a ser una fuente de información o de discusión? ¿Daremos un espacio a desarrolladores? ¿O estaremos conectados con una aplicación en particular? Y más importante aun, ¿qué tan importante es que el servidor sea rápido y casi nunca falle? Para ambos usos, uno más casual y uno más profesional, hay respuestas en el mercado.

Los servidores VPS
Si se trata de buscar un centro de datos seguro, con alta disponibilidad y velocidad de lectura, y capaz de soportar grandes volúmenes de tráfico, un VPS España se asoma como la mejor opción para usuarios exigentes. Con tarifas que parten de los 8 € al mes, ofrece 2 CPU virtualizadas, memoria RAM de 4 GB, conexión de hasta 1 gbps y un disco SSD de 120 GB, suficiente para comenzar un proyecto. A partir de ese piso, el usuario puede elegir mejores prestaciones e, incluso, un servidor dedicado y exclusivo. Los VPS, además, cuentan con el certificado SSL Wildcard que encripta y protege los datos tanto del servidor como de los usuarios. Y con un porcentaje de 99.9% de disponibilidad, la posibilidad de que fallen es ínfima. Esto se suma a un firewall que evita ataques, las bases de datos más populares, y la opción de un sistema operativo entre la estabilidad de Linux y la familiaridad de Windows.
El hosting compartido
El principal estandarte del hosting compartido es ser una solución que tiene mayor antigüedad, por lo tanto, está más instalada en el conocimiento de las personas, y un menor precio por ser menos exclusiva. En un hosting, el usuario compartirá la capacidad de procesamiento de las CPU con decenas o cientos de usuarios, lo que hará que velocidades y estabilidad fluctúen dependiendo de días, horarios y circunstancias. Esto no quiere decir que sea una opción esencialmente inferior, ya que, como dijimos, suele tener un precio más bajo. En todo caso, es una buena opción si el alojamiento web no tiene la necesidad de responder siempre y con la misma exigencia. Y desde ya, el hosting pago será mucho mejor que el gratuito, que suele incluir publicidades o muchos límites al espacio y la velocidad.
¿Qué opción elegir?
Para finalizar, es importante sacar en limpio qué significa cada una de estas opciones. Por un lado, en el VPS (Virtual Private Server en inglés) los usuarios van a encontrar una solución para sitios web de tráfico moderado, mejor que el tráfico ligero de un hosting compartido, pero un escalón debajo del servidor dedicado. Cualquier plataforma de comercio que no sea masiva calzará a la perfección en estos servidores. Por otro lado, el hosting compartido es ideal para el tráfico intermitente, de pequeña escala. Es decir, para un sitio web cuyo prestigio o funcionalidad no dependa de la estabilidad, como puede ser el de pequeñas empresas de comercio o periodísticas, ya sea en formato blog u otro.