Consejos para elegir un monitor

En el mercado podemos encontrar un amplio abanico de monitores de muy diversos tipos, modelos, tamaños, resoluciones, paneles, etc., pero cada vez que nos ponemos manos a la obra, al final nos acabamos volviendo medio locos y finalmente no sabemos ni por dónde empezar. Por esa razón, a continuación os hemos preparado una serie de consejos para elegir un monitor con el objetivo de ayudaros en tan ardua decisión.

Consejos para elegir un monitor

¿Cómo elegir un monitor?

Existen diferentes aspectos que hay que tener en cuenta para comprar el monitor adecuado, los cuales explicaremos a continuación para que elijas el que mejor se adapte a tus necesidades.

El tamaño de la pantalla

Evidentemente, una de las premisas que deberemos considerar antes de optar por una u otra pantalla son las pulgadas.

Las pulgadas son la medición de la pantalla en horizontal, y cada pulgada equivale a 2,54 cm. Es decir, una pantalla de 21” tiene una diagonal de 53,34 cm.

En cuanto al tamaño, el mínimo que deberemos considerar son 19”, aunque siempre y cuando podamos, al menos tendremos que pensar en 21”. Encontraremos modelos de muchas medidas, y en buena parte, cuanto mayor tamaño tenga mejor, aunque habrá que tener en cuenta otros aspectos como es la resolución.

La resolución de la pantalla

A la hora de tener en cuenta la resolución, debemos considerar que obtendremos dos valores, como por ejemplo 1920 x 1080 px, lo que significa que tendremos un total de 1920 píxeles en horizontal y 1080 píxeles en vertical. Esta valoración dependerá también mucho del tamaño de la pantalla, ya que cuanto mayor sea, deberemos buscar también una mayor resolución para mantener la calidad. Es decir, una pantalla de 19” con resolución Full HD (1080 en vertical) tendrá una magnífica calidad, pero si tenemos el mismo número de píxeles por ejemplo en una pantalla de 42”, evidentemente el píxel será más grande, por lo que la calidad empeorará.

En esencia, una resolución mínima que deberíamos buscar a día de hoy sería 1920 x 1080, aunque podríamos bajarla en caso de pantallas por debajo de las 19”, ya que seguiríamos manteniendo una buena calidad.

El panel del monitor

Otro aspecto a considerar es el tipo de panel. En este sentido y por preferencia buscaremos IPS, LED y LCD. IPS nos dará el mejor resultado consumiendo mucho menos. Obtendremos unos colores fantásticos, evitaremos que la luz incida directamente a nuestros ojos, por lo que notaremos un menor cansancio, y en general tanto la nitidez como el ángulo de visión serán mucho mejores (entre otras ventajas).

Por encima tendríamos PLS, aunque es una tecnología bastante reciente y en estos momentos quizás algo caro para la mayor parte de los bolsillos (y sólo presente en Samsung).

Conexiones del monitor

Por último, otro aspecto que deberemos considerar son las conexiones de nuestro monitor. Existen varios tipos de conexiones distintas, por lo que lo ideal será que prestemos atención a las conexiones de nuestra tarjeta gráfica.

No obstante, tampoco debemos preocuparnos demasiado en este sentido, ya que si no coinciden las conexiones, tendremos la posibilidad de utilizar adaptadores o cables especiales que podremos conseguir por pocos euros.

Pese a ello, siempre deberemos intentar que al menos cuente con una entrada HDMI, ya que es la conexión que podremos utilizar cuando cambiemos de ordenador (se trata de una entrada digital y ofrece la mayor calidad).

También podemos contar con una DisplayPort, que pese a tener algo menos de calidad, la podríamos colocar en segunda posición.

Posteriormente tenemos las entradas DVI que también son digitales aunque ofrecen una peor calidad y, finalmente, las ya casi extintas VGA, que no son recomendables ya que tienden a desaparecer.

Si tenemos una VGA y una HDMI, no hay problema, ya que tan sólo vamos a utilizar una de ellas. Por ejemplo la VGA con un ordenador viejo, y pasaremos a la HDMI cuando renovemos.

Tiempo de respuesta

Este es un factor importante, sobretodo si estás buscando un monitor gaming. Normalmente, los tiempos de respuesta varían entre los 5ms y 1ms. Con un monitor de 5ms puedes jugar perfectamente, pero en los juegos de shooter deberás adquirir uno con una tasa de refresco baja para tener una mayor nitidez. En cambio, si necesitas un monitor para trabajar, te recomendamos aquellos que tienen 12 ms de respuesta.

Frecuencia de refresco

A día de hoy la mayoría de monitores que te encontrarás en las oficinas, tienen una tasa de refresco de 60 Hz. Realmente, con esta frecuencia se puede trabajar sin problemas, pero para jugar se queda un poco corta. Por lo tanto, para gaming necesitaríamos como mínimo una pantalla de 144 Hz, las cuales a día de hoy son mucho más baratas de lo que lo eran antaño.

¿Qué monitor comprar?

Tras mostraros los diferentes aspectos en los que os debéis fijar a la hora de comprar un monitor, a continuación os enseñaremos el mejor para gaming y otro para uso cotidiano.

El mejor monitor gaming: Asus ROG Strix XG279Q

Sin lugar a dudas, el Asus ROG Strix XG279Q es el mejor monitor gaming que nos podemos encontrar en la actualidad. De hecho, algunos jugadores profesionales están integrando este periferico en su set up. Las características más reseñables son las siguientes:

  • Frecuencia de refresco de 170 Hz.
  • 1 ms de respuesta.
  • Pantalla de 27 pulgadas con tecnología fastips.
  • Certificación G-Sync.

En definitiva, es el monitor perfecto para aquellas personas que quieran tomarse enserio el mundo de los esports. Además, gracias a los fastips han logrado ofrecer una nítidez nunca vista.

El mejor monitor cotidiano

¿Buscas un monitor para trabajar? Entonces, Lenovo C24-25 es lo que estás buscando. Y, es que elegir un monitor es una ardua tarea, ya que existen cientos en el mercado. Pero este modelo de Lenovo, es perfecto, puesto que por tan sólo 98’99€ podremos adquirirlo. Las características más destacables son las siguientes:

  • Tasa de refresco de 75 Hz.
  • 4ms de respuesta.
  • Conectores VGA y HDMI.
  • Pantalla de 23’6 pulgadas con tecnología TUV Low Blue Light.

Por último, destacar la tecnología anteriormente mencionada, la cual tiene como objetivo cuidar nuestra vista para aguantar la jornada laboral.