Cuando hablamos de I+D, la mayoría de las personas tienden a pensar en laboratorios cuya actividad se dirige hacia los avances médicos o farmacéuticos. Sin embargo, la ciencia y la tecnología están presentes en numerosas parcelas de la vida, incluido el estudio de materiales y la consiguiente mejora en el sector industrial. De hecho, empresas como Infinitia Industrial Consulting son pioneras en aplicar el I+D a las empresas industriales.
Esta empresa cuenta con especialistas en aportar soluciones innovadoras al sector industrial. Así, su principal objetivo es el de reivindicar el papel de la ciencia y la tecnología en la industria. Y es que, aunque las empresas no sean conscientes de ello, el estudio de los problemas y la mejora de los materiales produce beneficios económicos y temporales a corto, medio y largo plazo.
Cómo mejorar la productividad con I+D
La aplicación científica y tecnológica en el sector industrial pasa por diversas medidas. Algunas de ellas afectan a los propios materiales, mientras que otras modifican directamente el diseño inicial, la infraestructura, la maquinaria o la ciberseguridad de la empresa.
En cualquier caso, apostar por una inversión económica orientada a mejoras empresariales provoca efectos directos en la calidad del producto o servicio, así como en la diferenciación de la competencia.
1. Perfeccionar los materiales
En líneas generales, las empresas dedicadas al sector industrial sufren problemas a lo largo del proceso productivo. Estos problemas pueden estar ocasionados por diversas causas, pero una de las más comunes es la que afecta a los materiales: rupturas, quiebras, incapacidad para amoldar el material, etc. Así, además de ocasionar contratiempos económicos, la calidad de los productos se ve mermada y los clientes terminan insatisfechos.
Entre las posibles soluciones, la importancia de la ingeniería de los materiales es crucial. La ingeniería de los materiales es una de las ramas de la ingeniería donde entran en juego la tecnología y la ciencia con el fin de mejorar un producto.
Tal y como señalan los expertos de Infinitia Industrial Consulting, la ciencia de los materiales consta de tres partes: la búsqueda de las causas y consecuencias que han ocasionado el fallo (de lo cual se encarga la ingeniería forense), la innovación de los propios materiales (ya sea mejorando el producto o reemplazándolo) y el diseño estratégico y prototipado para facilitar la productividad.
2. Cambiar el diseño
En realidad, el cambio de diseño puede ser la última fase de la mejora de los materiales. Sin embargo, en esta ocasión lo incluimos como una propuesta diferente, pues en muchas ocasiones la empresa no pretende cambiar los materiales. Así, en ciertos casos el fallo ha sido provocado por el propio diseño y no por el material con el que se fabrica.
En estos casos, los procesos industriales deben pasar por la contratación de ingenieros especialistas en el producto o servicio ofertado. Así, la fase de diseño puede llegar a ser más importante y costosa que cualquier otra etapa del desarrollo.
Pese a ello, esta fase determinará la calidad final del producto, su durabilidad y, sobre todo, la imagen de marca que el cliente asocia al producto en sí.
3. Facilitar la modernización
Lógicamente, el fallo en un proceso productivo puede estar provocado por la maquinaria utilizada, la infraestructura en la que se fabrica o incluso el uso de un canal de comunicación obsoleto. Todos estos cambios pasan por aplicar la ciencia y la tecnología al sector industrial.
Maquinaria
La maquinaria es elemental para obtener unos buenos resultados. En diversas ocasiones, el método de trabajo de la maquinaria determina el estado final y las condiciones a las que se someten los materiales. Así, una ruptura en el material puede estar ocasionada por una máquina defectuosa u obsoleta. En este sentido, diferenciarse de la competencia pasa por modernizar la tecnología que utiliza la empresa, la cual facilitará la llegada de nuevos clientes.
Infraestructuras
Las infraestructuras en las que opera la empresa tienen efecto sobre el producto o servicio final. La infraestructura es la base sobre la que se sustenta la propia actividad y organización empresarial. Esta determinará la colocación de los materiales, el traslado de los mismos, la rapidez y eficiencia con la que se fabrican y ofrecen servicios, la gestión interna y la satisfacción de los trabajadores. Por lo tanto, unas infraestructuras obsoletas y apenas modernizadas darán lugar a multitud de contratiempos y descontentos dentro del entramado empresarial industrial.
Digitalización y ciberseguridad
Los nuevos tiempos precisan de la digitalización de la empresa, independientemente de cuál sea su actividad económica. De hecho, incluso aquellas empresas que dirigen sus productos o servicios hacia otras empresas deben encontrar canales para hallar nuevos clientes.
En este sentido, la mejora de la productividad pasa por digitalizar el sistema operativo empresarial. Gracias a páginas web y hardwares, una empresa será capaz de ejecutar acciones en poco tiempo, controlar los pedidos y llevar a cabo un inventario. No obstante, no podemos olvidar la importancia de apostar por la ciberseguridad y la contratación de informáticos si queremos evitar problemas futuros.