El mundo digital en el que vivimos nos presenta un conjunto de posibilidades formidables para establecer una conexión a Internet. El número de dispositivos de alta tecnología que utilizamos en nuestro día a día no deja de crecer. Todos estamos acostumbrados a tener un acceso constante a la red mundial a través de una variedad de dispositivos, que van desde los relojes inteligentes hasta los automóviles. Esto no debería sorprendernos, ya que la tecnología permite formas de comunicación, trabajo y entretenimiento antes inconcebibles.
Vehiculos con acceso a Internet
La idea de vehículos con acceso constante a Internet no es nueva y forma parte del concepto conocido como Internet de las Cosas. El desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático se produce a una velocidad vertiginosa, pero la sociedad moderna depende cada vez más de estos avances. Es posible generar y procesar una gran variedad de datos en tiempo real gracias al gran número de sensores que llevan de serie muchos de los automóviles modernos.
Monitorización del rendimiento del coche
La información incluye la monitorización del rendimiento del motor, así como de determinados patrones de tráfico, la aplicación de los frenos, etc. Esto genera una imagen detallada de cómo se conduce el vehículo y su estado actual.
Gracias a la actualización de datos en tiempo real, los vehículos son capaces de orientarse en el espacio y detectar la ubicación de otros vehículos. La gran mayoría de los fabricantes no utilizan los mismos lenguajes de datos, y la información que se puede extraer del funcionamiento de sus vehículos ocupa petabytes de espacio de almacenamiento. Sin embargo, otras empresas no tienen acceso a estos datos y, por tanto, el mercado en su conjunto no puede beneficiarse de ellos de forma significativa.
Los coches conectados a Internet están contribuyendo a acelerar el desarrollo de tecnologías aún más avanzadas, como los vehículos totalmente autónomos y eléctricos. El futuro ofrece la posibilidad de una mayor innovación, que se traducirá en la disponibilidad de opciones de transporte aún más fáciles de usar.